Que sensación más agradable volví a sentir en el día de ayer, y cuando tenga otro momento de absoluta intimidad y ganas, por supuesto, haré todo lo posible por volver a sentirla.
Por la tarde, cuando me encontraba tan sólo con la compañía de mi perro (Ike), dejé aflorar los sentimientos que desde mi interior deseaban salir, y justo en este rinconcito que os muestro dejé que mi mano y corazón detallaran en un folio inmaculado todo aquello que deseaba transmitir a alguien que me ha devuelto la ilusión con respecto a un tema que es muy brillante y dulce.
Ayer volví a sentir el inmenso placer que te da coger el bolígrafo y escribir aquello que tan sólo se te pasa por tu mente y que te viene directamente desde el corazón, y sinceramente, me encantó, me gustó mucho volver a sentir esa sensación, esa paz, y esa ilusión de que esas líneas que escribí lleguen a buen puerto, lleguen a las manos y los ojos de su principal y único destinatario. Había olvidado lo maravilloso que es dejarse llevar, escribir y escribir tan deprisa para que ningún pensamiento que se te pasa por la mente se quede sin estar reflejado en ese papel que en su día fue tan blanco. Me da cierta melancolía y añoranza el recordar lo que era escribir a alguien una carta y estar esperando días hasta que esa persona te respondiera e ir al buzón a ver si había llegado su respuesta, eso es algo maravilloso, único e irrepetible. Ahora, si, están los e-mails, pero la emoción y la sorpresa se parecen, pero jamás se podrán igualar.
Esa carta la escribí con un color de tinta que tiene un significado especial para mí, me dio por ahí. Deseo que esas letras cuando le lleguen (ojala sea así) a su destinatario reciba un impacto nada más leer la primera palabra. Intenté ser lo más escueta y directa posible, no extenderme demasiado, y espero que haya sido así. Era tanto lo que deseaba transmitirle que tuve que marcarme unas prioridades para dejar lo de más grosor para el momento adecuado, para el momento justo, ese momento en el que no haya prisa, en el que se detenga el tiempo y ambos podamos mirarnos a los ojos y decirlo todo con ello. Fue algo sin pensar, surgió, me dejé llevar, y sólo deseo que ya que he dado el paso, ya que vuelvo a tener una ilusión, esta vez no sea simplemente una vez más, sino que sea sólo el seguimiento de lo que debe de ser.
Sólo queda dar un pasito más y esperar.
Es maravilloso volver a sentir...
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